Nos encantó nuestra estancia en El Valledor en Tremado. La atención recibida fue excelente, Lidia estuvo siempre muy atenta y nos recomendó lugares para visitar y para comer. Estando en una zona rural, pudimos disfrutar de tranquilidad, naturaleza y unas vistas impresionantes. Además, la casa estaba muy limpia.

La única pega que podemos mencionar es que el sofá no era demasiado cómodo para que dos adolescentes durmieran en él. Tal vez sería más adecuado para niños más pequeños.

Nos encantó la tranquilidad del pueblo y el hermoso entorno natural. El apartamento era amplio, cálido y muy limpio. Disfrutamos de todas las comodidades que ofrece, como la lavadora y el microondas. Además, el desayuno casero que nos proporcionaron fue exquisito. El personal fue muy amable y atento en todo momento.

Nada que pueda mencionar.

Los apartamentos están ubicados en un pequeño pueblo en medio de la montaña, donde se puede escuchar el sonido del agua a pocos metros. Es un pueblo tranquilo, ideal para pasear y desconectar. El apartamento es bonito y amplio, con un delicioso desayuno casero. Lidia, la propietaria, es encantadora y siempre estuvo pendiente de nosotros, incluso dejándonos el desayuno en la puerta cuando no estábamos en casa. Si quieres desconectar, este es el lugar perfecto.

Recomiendo este lugar insistentemente.

La tranquilidad y belleza natural del lugar. La amabilidad y atención de la dueña. El desayuno casero delicioso. El alojamiento limpio y nuevo.

Nada que mencionar.

Nos encantó el apartamento, muy limpio y confortable. Las vistas y el entorno eran espectaculares. La dueña fue amable y nos ayudó mucho a descubrir la vida en la montaña. El desayuno casero y rico. Ideal para conocer el suroccidente de Asturias y disfrutar de un entorno natural.

Me sentí como un VIP, no tengo ninguna queja en absoluto.

Me encantó la tranquilidad del entorno y las vistas impresionantes de las montañas. Además, me sorprendió la amabilidad y simpatía de la anfitriona. disfruté mucho del desayuno casero con bizcochos, magdalenas y pan de molde, todo hecho por ella y delicioso. Además, las camas y almohadas eran comodísimas. Una ventaja adicional fue la posibilidad de desconectar y disfrutar de la naturaleza, rodeado de animales de granja como gallinas y cabras.

Lo que menos me gustó fue que la casa estaba bastante alejada de cualquier pueblo, lo cual dificultó nuestro deseo de visitar otros lugares. Además, el acceso a través de carreteras con curvas y puertos de montaña fue un poco incómodo.